- "Un crítico menos" de Roldán Esteva-Grillet
- Hotel Tamanaco, Las Mercedes
- Corp Group, La Castellana
- Nueva Galería Farías + Fábregas
- "Amarres y Destellos", Ateneo de Valencia
- Oficina Número 1, en los galpones del Periférico Caracas, Los Chorros
- Jurado
- Richard Serra, MoMa
UN CRÍTICO MENOS
Roldán Esteva-Grillet
La racha se inició con dos mujeres, formadas en la Universidad Central de Venezuela, que se dedicaron, una a la investigación y curaduría de fotografía (Josunne Dorronsoro), la otra a la crítica de la fotografía (Mariana Figarella). Fallecieron en plena madurez intelectual, en plena producción. Sus principales libros resultaron póstumos. Luego fue la desaparición de dos autores de vieja data, uno pionero de la investigación documental y del atribucionismo en la pintura venezolana, mecenas, curador y promotor del arte contemporáneo (Alfredo Boulton); el otro polígrafo, poeta, traductor, investigador del patrimonio y de la historia, promotor de salones y crítico (Rafael Pineda). La muerte cuando le llega a las personas con obra realizada, se lamenta menos que cuando toca a gente más joven: troncha carreras e interrumpe desarrollos intelectuales prometedores, privando a la sociedad de sus mejores frutos. Acaba de morir Juan Carlos Palenzuela, un crítico pertinaz, “mirón insistente”, latigador de mediocridades engreídas o manipuladores en ciernes. Un hombre que apenas frisaba su medio siglo, del que estuvo treinta años tecleando irreverencias y asertividades, levantado roncha con sus juicios lapidarios y sus escuetos análisis. Que siquitrillaba al más pintado y ensalzaba al menos favorecido. Su distribución de medallas o aplausos de uñitas era parejo: si lo primero despertaba envidias, lo segundo era lo que más hería vanidades. Respetó a pocos artistas de su pasado inmediato: por encima de todos, Reverón, como memoria de lo más trascendente que ha dado el país en la primera mitad del siglo XX; Otero, como el autor más versátil y consecuente dentro de la investigación plástica, acompañada siempre con una gran lucidez en sus reflexiones sobre si o su circunstancia; a Quintana Castillo, de los autores intermedios con la propia generación, aquella que surge con “Las sensaciones perdidas del hombre” o de los “Once Tipos”, cuando los materiales extra artísticos y los conceptos se constituirán en el meollo de las nuevas artes desde los setenta en adelante. Su actividad crítica la repartió entre su columna semanal –en la que reseñaba tanto exposiciones individuales o colectivas, libros sobre arte, problemas institucionales-, la curaduría eventual de exposiciones (casi siempre en museos), la participación en jurados de salones y la publicación de sus propias investigaciones. Entre éstas, dos compilaciones significativas de dos antiguos colegas: Leoncio Martínez y Mariano Picón Salas. Si algo se propuso Palenzuela en la última década de vida, como previendo que ésta se le acortaría, fue llenar la plana que dejó vacía Alfredo Boulton con la segunda mitad del siglo XX, pero ahora asumida con una visión más integral de las artes y ya no más reducida a la pintura. Así fue entregándonos -gracias al apoyo de diversas instituciones públicas y privadas- cuatro volúmenes, ilustrados y documentados, que abarcan tanto la pintura, la escultura, el dibujo y el grabado, como el arte conceptual, el perfomance, el video arte y la fotografía, con referencias al desarrollo institucional y sociopolítico propias de un historiador. Fue ocasional su dedicación a la docencia, pero cuando lo hizo dejó por escrito una revisión crítica del arte del siglo XX que revela, más allá de sus malcriadeces de enfant terrible del periodismo cultural, una mente bien informada y una sensibilidad especial para decir con pocas palabras cuánto podía valer una propuesta artística. Es hora de leerlo, sin prejuicios ni resentimientos.
Vista parcial de la obra de Bae Hyung Kyung en el stand de la galería alemana Adriana Schmidt, cuarenta y nueve cajas de madera cuadradas con una talla en madera cada una que juntas conforman una pieza de tres metros cuadrados, adelante una pieza de bronce de la misma artista.
Obra de Ani Villanueva en el stand de la galería Alternativa Elvira Neri, que se caracterizó por su estilo abstracto conceptual siendo uno de los más atractivos de la feria.
Balones deportivos invertidos es la obra del guatemalteco Dario Escobar presentada por la galería mexicana KBK dirigida por el argentino Ubaldo Kramer.
Obras de Eugenio Espinoza, uno de los pioneros del conceptualismo en nuestro país pudieron ser apreciadas en el stand de Sala Mendoza, dirigida por Ruth Auerbach.
Entre las más destacadas obras que pudieron apreciarse en esta FIA esta este delicado plumaje de María Fernanda Cardoso en el stand de Casas Riegner (Colombia). Abajo, de la también galería colombiana El Museo, obras de Mariana Monteagudo.
Obra de Enrique Moreno en el stand de La Carnicería, Arte Actual. Plausible la participación de espacios alternativos como éste tienen en la FIA, promocionando así el arte de estos tiempos. Obras de Dulce Gómez también pudieron ser apreciadas en este stand.
En esta oportunidad se presentó la décima edición de este salón, que desde hace una década acompaña a la FIA. Federica Palomero fue la curadora encargada de ocupar las salas de la Fundación Corp Banca, con la contradictoria conceptualización "Un salón tradicional". Decimos contradictoria, pues tradicionalmente los salones de arte son eventos de confrontación donde los artistas que ocupan las salas mayoritariamente compiten por un premio. En este salón tradicional, los artistas invitados fuera de concurso participaban con más obras que los jóvenes para los cuales esta diseñado esta confrontación en específico, los cuales se vieron reducidos en número y más de la mitad ya habían sido invitados a este evento con anterioridad, siendo que en este momento se cuenta con una prolifera nueva generación de jóvenes artistas. A continuación presentamos imágenes de las tres obras galardonadas.
Reymond Romero, primer premio. Un reconocimiento a la trayectoria. En esta oportunidad, sorprendió con una pieza que se apropia de las características esculturas de Takashi Murakami, con la impronta de la técnica que ha dado a conocer a Romero.
Hase, segundo premio. Una ineficiente presentación de la que pudiera haber sido una interesante propuesta, con lo que tuvo un semblante de ejercicio estudiantil, fue la sorpresa del jurado.
Keyser Siso, trecer premio. Este joven artista ha sido una de las revelaciones de este año. Oriundo de Ciudad Guayana y residenciado en Maracaibo. Nos encontramos aquí con un trabajo austero materialmente, con un asertado uso estético y que toca el sensible tema de las cárceles en nuestro país.
Obra de Ramsés Larzábal, en la exposición inaugural de la Galería Farías + Fábregas en Chuao. "Gestos del silencio" es el nombre de esta exposición que se presenta en este espacio que es el garage de una quinta en Chuao, excelemtemente acondicionado en la tradición de las que han sido importantes galerías en New York, Londres o Paris. "Las obras de Ramsés Larzábal son todas ellas, en su diversidad y diferencias, un formidable despliegue "rizomático", en el que un conjunto específico y delimitado de preocupaciones, de preguntas y problemas, se entrelazan y se tejen para decir - y decirnos - sus múltiples modos de operar, como de proceder." Así comienza el ensayo de la investigadora Sandra Pinardi en el bello catálogo editado para la ocasión.
En el Ateneo de Valencia actualmente se puede apreciar la muestra, "Amarres y destellos", la cual contó con la curaduría del también artista plástico Clemente Martínez. En la misma podemos apreciar obras de un grupo importante de jóvenes artistas quienes ocupan dos de las salas del Ateneo los más conocidos y los espacios alternos del mismo los mas noveles, acontinuación obras de Edson Cáceda, Keyser Siso y Juan Carlos Urrutia en esta exposición.
En la Oficina Número 1, dirigida por Luis Romero y Suwon Lee, se presento la irreverente muestra "Desconfía", en la que llamó nuestra atención, el excelente video en el que una rata devora a una imagen de Miranda en la Carraca, realizado por Ivan Candeo.
Los siguientes serán los jurados encargados de decidir cuales serán los proyectos y obras a participar el próximo mes de noviembre en esta nueva edición de este prestigioso salón que se despidió en 2004 de las salas del MACCSI. En esta oportunidad, por vez primera, como observamos a continuación los encargados no son especialistas en arte contemporáneo:
Laura Carrera.
Directora del Museo de Arte Popular y Artesanías (en proyecto). Antropóloga.
Irene Guillen.
Directora del Museo Arturo Michelena. Ex-gerente de Educación del MBA.
Armando Arce.
Director del Museo del Cine (en proyecto). Especialista en cine.
Sixto Cesarino.
Director del Museo de Ciencia y Tecnología (en proyecto). Arquitecto. Fue Jefe de Museografía de la GAN en los 80 y socio de la galería "Los tres marqueteros", recientemente fue el Director del Museo de Ciencias.
Luís Galindo.
Director del Museo de Ciencias y del Museo de la Diversidad Cultural (en proyecto). Antropólogo.
Recuerde agregar su comentario.